Cuatro jóvenes de Guadalcanal convierten La Almona en restaurante y galería de arte

Hasta final de julio puede visitarse en La Almona de Guadalcanal una exposición de retratos del artista Felix Güemes mientras que se degustan suculentos platos en el edificio civil más antiguo de la comarca. 
«No llores porque se terminó, sonríe porque sucedió». Esta frase del escritor Gabriel García Márquez da la bienvenida a La Almona, el restaurante y galería de arte que han puesto en marcha cuatro jóvenes de Guadalcanal.
El fragmento es parte de la exposición «La palabra con el color, el color con la palabra» que puede visitarse hasta final del mes de julio. Se trata de una serie de retratos del artista Félix Güemes, relacionado con Guadalcanal desde hace más de diez años. Para completar la exposición los dueños del restaurante pidieron a sus seguidores de Facebook que seleccionaran fragmentos de los artistas que allí están retratados como Paco de Lucía o Gabriel García Márquez y montaron estos fragmentos junto a las pinturas.

Recopilación de retratos que están expuestos en La Almona de Guadalcanal.

El edificio civil más antiguo de la comarca
El entusiasmo de Javier del Castillo, Adrián Uceda, Sonia Zújar y Jesús Zújar les ha llevado a reabrir el edificio civil más antiguo de la comarca. El inmueble fue construido por la Orden de Santiago como casa de provisiones a comienzos del siglo XIV. Muchos maestres importantes de la Orden de Santiago se alojaron durante más de un siglo en Llerena, municipio de Badajoz que está a solo 25 kilómetros de Guadalcanal.
Algunos investigadores aseguran que “puede ser una de las construcciones destinadas a almacenaje más antiguas de Andalucía”, e incluso el profesor Rafael Gómez Ramos la ha calificado como un edificio “único en su género dentro de la arquitectura civil andaluza de época medieval”.
Durante el siglo XX el edificio se separó en tres propiedades, usándose como almacén de materiales de construcción en su mayor parte. Durante los años 90 una pareja de la zona alquiló una parte y la acondicionó como pub y después como restaurante. El negocio fue  pasando de unas manos a otras, quedando cerrado durante ciertas épocas.
Adrián Uceda está vinculado al edificio y al negocio desde muy atrás, habiendo trabajado en todas las fases y para todos los empresarios que han pasado por él. «Es de alguna manera quien nos ha unido a todos en torno al proyecto, empeñado en conseguir que al menos esta parte del edificio continúe abierta al público», explica Javier del Castillo, otro de los socios.
Para la gestión del restaurante han creado una cooperativa y cada uno aporta su trabajo. Aunque entre ellos hay un estudiante de Arquitectura, un licenciado en Historia del Arte, un licenciado en Historia y una cocinera, aseguran que «en La Almona, diseñar o fregar platos es un trabajo conjunto y los cuatro hacemos de todo».

Cocina diferente
El proyecto comenzó a andar en marzo de este año, estaban convencidos de que querían rescatar el edificio, pero querían ofrecer algo más. Por eso, atendieron la recomendación del artista Félix Güemes, que les sugirió que lo convirtieran en galería de arte. El resultado son paredes enladrilladas y correctamente iluminadas que hacen de este peculiar restaurante una magnífica sala de exposiciones en las que se pueden degustar platos como el mojito en textura, el salmorejo de remolacha con nueces o el costillar con salsa Jack Daniels.
Adrián Uceda comenta que el objetivo es «introducir cambios y abrir la mente de la gente a que pruebe cosas nuevas» y por eso la carta cambia cada cierto tiempo al igual que las exposiciones. «En este momento nos encontramos en plena experimentación gastronómica, nuestra ambición es que nuestros clientes habituales siempre puedan encontrar algo nuevo y especial, por lo que vamos incorporando platos continuamente», añade Javier del Catillo.
En cuanto a las exposiciones temporales, la que actualmente se puede visitar es la segunda que organizan y le seguirán muchas más porque ya tienen algunas propuestas para los próximos meses de artistas que les ofrecen sus obras. Además disponen de una exposición permanente denominada «ArtisTAZAS»,  compuesta por unas tazas pintadas a mano y personalizadas muy sorprendentes.