Mujeres cazalleras que son más que abuelas cuidadoras

Concha Diz es la cuarta generación de una familia de tenderos, tiene 74 años y contesta el correo electrónico tan rápido como si estuviera sirviendo carne en la tradicional tienda de Diz, en la calle Manuel Cabrera. Rosario Escobar tiene 69 años, ha sido panadera “de toda la vida” y prepara un viaje a Italia para la próxima semana. Ambas llevan más de diez años aprendiendo en el Aula de la Experiencia. Son solo un ejemplo de las más de 150 mujeres que forman parte de la Asociación de Abuelas Cuidadoras Clara Campoamor cuyo objetivo es “organizar actividades para que las abuelas estén entretenidas”. 
Tradicionalmente en los pueblos la vida de las mujeres se ha basado en el trabajo y en el cuidado de sus familias, así que cuando llega un periodo de sus vidas en el que no tienen que hacer ni una cosa ni la otra, les cuesta salir de casa y mantenerse activas. El 80% de las abuelas de esta Asociación dedican la mayor parte del día al cuidado de sus nietos, así que esta organización trabaja porque haya otras alternativas para las mujeres de este municipio, que se relacionen y se diviertan. “Lo que queremos es que las abuelas tengan su momento de ocio y expansión porque la mayoría del tiempo están ocupadas cuidando de sus nietos”, comenta Cocha Diz, presidenta de la Asociación.
Para ello organizan talleres de autoestima, risoterapia, estimulación de la memoria, baile o gimnasia. Según cuenta Cocha “las abuelas disfrutan muchísimo” y han visto grandes cambios en mujeres que tenían depresión o estaban encerradas en sus casas. “Al principio cuando llegan creen que van a hacer el ridículo por bailar o hablar de ciertos temas, pero después están deseando de volver”, afirma. Muchas de estas mujeres son viudas, alguna de ellas lleva todavía el luto, aunque participando en estos talleres confiesan que no se reían tanto desde antes de que fallecieran sus maridos.
El origen de la Asociación está en un curso de risoterapia y autoestima que organizó el ayuntamiento. De eso hace ya más de cuatro años en los que han pasado de las 40 a las 150 socias que actualmente forman parte de esta organización. Eligieron el nombre de Clara Campoamor porque para ellas un referente del “empuje” que se necesita para sacar adelante cualquier proyecto. Concha anima a participar en las actividades tanto a mujeres como a hombres: “el título de abuelo y estar empadronado en Cazalla son los únicos requisitos para pertenecer a esta Asociación, aunque todavía no hemos convencido a ningún hombre”, aclara entre risas.
Durante el año pasado organizaron tres talleres, uno cada cuatrimestre. Este año todavía no han podido organizar ninguno porque la Diputación de Sevilla no les ha ingresado los 916 euros que tienen asignados en los presupuestos. “Ahora mismo las abuelas no dejan de preguntarnos cuándo empezaremos los talleres, pero hasta que no nos paguen no podemos organizar nada”, comenta Rosario que es la vicepresidenta de la Asociación.
Además de los cursos han puesto en marcha diferentes iniciativas que no requieren de mucho presupuesto pero que les mantiene en contacto.
Cada martes, cinco de estas abuelas acuden a la Residencia de Mayores San Francisco de Sales donde actúan como monitoras con algunos de los residentes. Este voluntariado les aporta “una gran satisfacción” e incluso “es una terapia” para algunas de ellas. Les preparan recortables y pinturas, aunque los días que tienen menos ganas de trabajar simplemente sacan un tema de conversación que los entretenga y saque de su día a día. “A los mayores les encanta que charlemos sobre temas picantillos, al principio se ponían colorados y azarosos, pero ahora ellos nos piden que hablemos de cosas modernas”, explica Rosario.
Otra de las iniciativas que han puesto en marcha es un ropero solidario donde almacenan ropa usada en buen estado. La reparten entre las personas necesitadas del pueblo y el excedente lo envían a la Asociación Madre Coraje.
En las próximas semanas también celebrarán el Día de la Igualdad con un concurso de cartas a las abuelas en el que participan alumnos del Colegio Virgen del Monte y el Colegio Santa Clara de 3º y 4º de Primaria. El objetivo es premiar las mejores cartas de los niños, aunque confiesan que es muy difícil. El año pasado tuvieron que escoger entre 104 cartas que prácticamente expresaban lo mismo: “abuela me encantan tus filetes y tus patatas”, “quiero dormir en tu casa contigo este fin de semana”.
En definitiva, actividades que mantienen activas a las mujeres de toda una generación que se  enfrentan a su edad con una actitud positiva que transmiten con energía.