Viernes,29 marzo, 2024
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Entrevista a Francisco Durán: “Ser de Cazalla me ha permitido creer en un mundo mejor”

Entrevista a Francisco Durán: “Ser de Cazalla me ha permitido creer en un mundo mejor”

Francisco Durán Falcón fue ordenado sacerdote el pasado 28 de junio y apenas una semana después celebró su primera misa en la Parroquia Nuestra Señora de la Consolación, en Cazalla de la Sierra, ante cientos de vecinos, compañeros y amigos que quisieron acompañarle en una entrañable eucaristía.
Quico, como todos le conocen en Cazalla, es el primer recién ordenado que ocupará un cargo de delegado en la Archídiócesis de Sevilla, concretamente en la Pastoral de Juventud, responsabilidad que compaginará a partir de septiembre con la vicaría parroquial de la Iglesia del Corpus Christi y como capellán de las Hermanas Agustinas del Convento de la Encarnación. Este cazallero de 33 años se licenció en Derecho y Dirección y Administración de Empresas para luego estudiar en el Seminario Metropolitano de Sevilla. En La Plaza Información hemos hablado con él:

Francisco Durán, a la derecha de la imagen, celebrando una misa.

Francisco Durán, a la derecha de la imagen, celebrando una misa.

Según tenemos entendido eres el primer recién ordenado al que le dan un cargo de Delegado ¿es así? ¿qué significa esto para ti?
Si eso es así, la verdad es que no lo sabía, pero tampoco creo que sea algo significativo. En la designación de un cargo, sea el que sea, son muchos los factores que se tienen en cuenta, desde las aptitudes personales hasta las circunstancias del momento y el entorno. Pero lo más importante de todo es que toda responsabilidad, sea cual sea, donde y como sea, no es más que un servicio a tu Diócesis y la Iglesia, por lo que no hay más valor en ser ahora delegado y después vicario parroquial o viceversa; la grandeza viene dada por el hecho mismo de poder entregarse, el dónde y el cómo es lo de menos.

¿Cómo sentiste tu vocación por ser sacerdote? ¿Qué personas han influido en ello?
La primera vez que se pasó por mi cabeza seriamente la posibilidad de sentirme llamado al sacerdocio fue a los diecisiete años. Por entonces estaba a punto de comenzar la universidad y tenía que decidir qué hacer con mi futuro. Sin saber cómo, sencillamente porque surgió de manera natural, de repente me vi haciéndome la pregunta que jamás habría imaginado: “¿y si Dios me quisiera para ser sacerdote?”.
Y así, lo que en un primer momento me pareció una locura, fue haciéndose cada vez más fuerte, más intenso, más real… hasta que finalmente, nueve años después, encontré el valor para emprender este increíble e inmerecido camino.
Si tengo que plantearme personas que han influido en la historia de mi vocación me veo obligado a mencionar a todos aquellos que, de un modo u otro, han ido cruzándose en mi camino y ayudándome a crecer, como persona y en la fe: mis padres y mis hermanos, mis cuñados y toda mi familia, sacerdotes extraordinarios, compañeros y amigos del colegio, el instituto, la facultad, el trabajo… Cada uno, a su manera y en su momento, me han ayudado a comprender la grandeza del sacerdocio y me han dado las fuerzas que necesitaba para seguir caminando cada día hacia adelante.

Sierra Norte-Cazalla-Francisco Durán (1)¿Qué significa para ti Cazalla de la Sierra? ¿Qué consideras que te ha aportado ser de este pueblo?
Ser de Cazalla me ha dado la suerte de poder crecer rodeado de plena naturaleza. El incomparable entorno de la Sierra Norte me ha permitido encontrarme con Dios en muchos momentos a través de la propia creación, percibir y gustar el milagro de la vida y descubrir la grandeza que se esconde en lo más pequeño. Incluso me ha permitido comprender mejor las Escrituras, tan llenas de referencias al mundo agrícola y rural: la semilla que crece y da fruto, la espiga que se cosecha, la oveja perdida y vuelta a encontrar, la cierva que busca corrientes de agua.
Y por supuesto, aun más importante es el hecho de cómo en las gentes del pueblo pude aprender a vivir sin prisas, disfrutando de todo lo que me rodea. Ser niño en un pueblo supone crecer al margen de diferencias sociales o de cualquier otro tipo, porque todos somos iguales. Te hace también apreciar a los mayores y valorar y respetar las costumbres y tradiciones. Ser de Cazalla me ha permitido, en definitiva, creer en la posibilidad de un mundo mejor.

¿Y la Virgen del Monte?
Cualquiera que me conozca un poco sabe bien de mi devoción a la Virgen María y, especialmente a mi patrona. En el marco incomparable de su Santuario han sido muchas de mis horas de oración, de búsqueda y encuentro con Dios. Contemplando la belleza de la imagen de la Virgen ha ido forjándose mi vocación al sacerdocio diocesano y lo que ha de ser el germen de mi amor a Dios, a los hombres y a la Iglesia.

¿Por qué crees que a los jóvenes de hoy día les cuesta tanto acercarse a la iglesia?
No puedo contestar a esta pregunta sin formularme al mismo tiempo esta otra ¿Por qué le cuesta a la Iglesia llegar a los jóvenes? Basta adentrarse un poco en la vida de cualquier comunidad para descubrir cómo los jóvenes que en ella se encuentra son los que con más vitalidad, ilusión y fuerza viven la fe. La Iglesia es siempre joven por sí misma: por su mensaje de paz y esperanza, por su llamada a la entrega generosa, sincera e incondicional, con un espíritu alegre y entusiasta, por sus valores y principios de justicia y libertad. Entonces, ¿por qué no son más los chicos y chicas que nos encontramos integrados en la vida de nuestras parroquias?
Tal vez porque el joven de hoy en día ha olvidado eso mismo: ser joven. El conformismo, la comodidad, el relativismo, incluso la apatía o la desesperanza son males incrustados en lo más profundo de nuestra sociedad y que ha llevado al hombre al borde de la misma deshumanización y, con ello, ha acallado y adormecido en el adolescente y en el joven los deseos innatos de conocimiento, autenticidad y superación. El presente se ha convertido para él en un bien a consumir, rápidamente y sin muchas preguntas. El futuro, y más aún lo trascendental, son un lastre que supone la necesidad de unas energías y de unas fuerzas que ni tiene ni sabe dónde encontrar. Y ahí es donde la Iglesia ha de hacerse presente: ha de estar junto al joven para acompañarlo y ayudarle a encontrarse con su realidad más auténtica, la que le haga reconocerse como un proyecto en sí mismo entusiasmarte y hermoso, llamado a la plenitud que no se conforma con lo más simple o elemental.Sierra Norte-Cazalla-Francisco Durán (3)

¿Cómo vas a trabajar en la Pastoral de la Juventud y en tus otras responsabilidades?
Aun es pronto para poder hablar de planes de trabajo, líneas de actuación, actividades, calendarios u otras cuestiones del estilo. Hace tan sólo dos semanas que recibí los nombramientos y aun estamos en tiempos de formación y preparación. Además, la mayor parte de los esfuerzos se concentran en lo más inminente, que es el Encuentro Europeo de Jóvenes que tendrá lugar en Ávila en la primera semana de agosto con motivo de la conmemoración de centenario del nacimiento de Santa Teresa.
Por eso, tan sólo puedo decirte que en todo intentaré ponerme por entero, intentado actuar para el bien de los hombres, teniendo como únicos referentes la caridad y el deseo de que todo el que Dios ponga en mi camino pueda encontrarse con Él.

¿Qué destacarías de tu etapa en el seminario?
Siendo muy breve te diré que el seminario ha sido la etapa más hermosa de mi vida. En él pude reafirmar mi fe y  mi vocación, además de encontrarme con Dios desde una mayor intimidad. Los años de formación, que va mucho más allá de lo meramente académico, te ayudan a conocerte, a poner los pilares para lo que ha de ser tu ministerio.

¿Qué puede aportar un sacerdote a la sociedad actual?
El sacerdote de hoy ha de ser el hombre que lleve a sus hermanos al encuentro con lo más profundo y lo más levado; el que haga descubrir que el ser humano es mucho más que mera y simple materia.
El sacerdote de hoy ha de ser hombre de esperanza, que ponga paz y diálogo desde el reconocimiento de la dignidad de todos los seres humanos.
El sacerdote de hoy ha de ser hombre en el pleno sentido de la palabra.
El sacerdote actual, como el de siempre, ha de ser luz para el mundo.

¿A qué dificultades piensas que te vas a enfrentar durante tu sacerdocio?
Pues a las propias de todos los tiempos. Cambian los entornos y las circunstancias, pero los problemas son, en su raíz, muy semejantes. La falta de fe, la misión, la confusión de principios y valores como la libertad… estos pueden ser algunos ejemplos.

Sierra Norte-Cazalla-Francisco Durán (5)¿A qué dificultades te has enfrentado hasta ahora?
Realmente me siento muy afortunado porque las dificultades que he tenido que afrontar hasta ahora no han sido nada extraordinarias, o al menos así quiero verlo. Es cierto que durante este año, en la pequeña colaboración que he podido desempeñar en la Pastoral Universitaria, he aprendido la dura tarea que supone actualmente poder desarrollar un verdadero diálogo de fe y cultura desde la libertad y el respeto, por la imposición de ciertos criterios y el rechazo de algunos sectores más radicales. Pero también he descubierto en mis otras pastorales cuestiones como la imposibilidad, en aspectos de materia y tiempo, para llegar a todos los enfermos o necesitados.

¿Qué experiencia te ha impactado más como seminarista, diácono y sacerdote?
La necesidad de misericordia que tiene el mundo de hoy. El hombre actual vive amarrado a sus propias dificultades y debilidades, desde las más pequeñas e insignificantes hasta las más grandes e inimaginables. Por eso, es terriblemente duro consigo mismo y no es capaz de descubrir su verdadera grandeza, la hermosura misma del ser hombre, y por lo mismo, mucho menos en los demás. Todo eso le hace sufrir, y mucho, de modo más o menos consciente.
La decisión del Papa Francisco de convocar un año de la Misericordia me parece mucho más que una idea brillante y acertada, sino toda una oportunidad para que el mundo, experimentando la inmensidad del amor, se reconcilie consigo mismo y sea capaz de nacer de nuevo.Sierra Norte-Cazalla-Francisco Durán (2)

¿Cuál es la tarea más difícil de un sacerdote?
El principal reto para un sacerdote de hoy es el lograr estar en el mundo sin “ser del mundo”. Esto es: lograr acompañar, dialogar y vivir con el hombre actual, de tú a tu, pero sin dejarse llevar por los valores y principios de la sociedad que, en tantas ocasiones, camina sin rumbo o perdiendo todo su sentido.

¿Dónde te ves en un futuro?
En las manos de Dios, siendo sacerdote. El sitio y el lugar, como te decía al principio, es lo de menos.

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